lunes, 11 de junio de 2012

Semana 35, J. S. Mill. «Sobre la libertad»



Al filósofo inglés John Stuart Mill (1806–1873) lo conocemos no sólo por su reflexión en torno a la libertad sino también por su trabajo ético acerca del «utilitarismo». Para nuestro curso, hemos privilegiado el ensayos «Sobre la libertad». En este ensayo presenta una defensa de la libertad --y específicamente la libertad de expresión-- así como de la «originalidad del individualismo». A la vez que presenta una algo ambigua teoría de la verdad, la verdad como absoluta y la verdad como certeza falible, la cual está estrechamente vinculada a su comprensión de la libertad, más allá de la deuda a Locke.


Texto principal:

  • Mill, Sobre la libertad, selección.

Texto adicional:

  • Sabine, «El liberalismo: radicalismo filosófico», 32, pp. 505 - 525




Semana 34, G. W. F. Hegel, La historia de la filosofía

La filosofía de Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770–1831) es de interés para nosotros, en primer lugar, dado que la misma idea de un curso de la historia de la filosofía (social y política), el cual pareciera dar lugar a pensar la filosofía y sus conceptos como el devenir o el desarrollo de la cultura occidental (¿o universal?), debe reconocer una inspiración hegeliana. 


Dentro del amplio desarrollo que es la filosofía de Hegel nos preocupa su concepción de la historia como el desarrollo del «Espíritu» hacia su propia concepción o comprensión («saber absoluto») y hemos privilegiado la lectura de un momento de la dialéctica de la autoconciencia (y de la historia): la superación del Estado de naturaleza implícita en la dialéctica del señor y del siervo.


Textos principales:
  • Hegel, La fenomenología del espíritu, selección: «Independencia y sujeción de la autoconciencia; señorío y servidumbre», pp. 113-120.
  • Hegel, La filosofía del derecho, selección: «Historia universal», pp. 278-287. Descargar por aquí.
Textos adicionales:

Semana 33, I. Kant, «De la Ilustración y la paz perpetua»


Nos interesan de Immanuel Kant dos textos que asumimos como representativos de su filosofía política. Primero, el ensayo «¿Qué es la Ilustración?» de 1784, en el cual Kant interpreta la exclamación y lema de la Ilustración: «sapere aude!»; el cual sintetiza el sentido del momento histórico y de la transformación racional de la sociedad. Habría que destacar en el ensayo el rol que descubre Kant para el uso público de la razón, así como la concepción del progreso que se anuncia en sus páginas. 


Leemos también un segundo texto, «Sobre la paz perpetua» de 1795. En este breve ensayo, que es a la vez un manifiesto, Kant interviene en un debate que se había iniciado a principios del siglo con la obra del Abbé de Saint-Pierre, pero en el que también habían participado filósofos importantes como Leibniz, Voltaire, figuras como Federico el Grande (de Prusia, 1712–1786, masón, por cierto) y el mismo Juan Jacobo Rousseau (1712–1778). El objetivo del ensayo es discutir los pasos para la abolición de la guerra. Kant aquí recuerda a los filósofos del Estado de naturaleza, del «contractualismo político» y elabora su argumento en clave republicana. Será necesario pasar del Estado de naturaleza hobbesiano que caracteriza a las relaciones entre los Estado-naciones europeos, desde la creación del orden internacional o político intra-europeo moderno en 1648 con el Tratado de Westfalia, a un estado de paz y derecho en el cual no sea la guerra la forma en la cual se solucionen los conflictos entre las sociedades y sus Estados.



Textos principales:

  • Kant, «¿Qué es la Ilustración?».
  • Kant, «Sobre la paz perpetua».

Textos adicionales:

  • Camps (vol. II), «Kant».
  • Dussel, «La política como garantía de la moral: Immanuel Kant», pp. 357-372.
  • García Bacca, «Kant, modelo del método trascendental de filosofar», 5, pp. 153 - 190.

Semana 32, J. J. Rousseau, «El contrato social»


Para nosotros la filosofía social y política de Jean-Jacques Rousseau (1712–1778) --a veces Juan Jacobo en castellano-- también se inserta y forma parte de, así como la de Locke, en lo que Dussel denomina «La segunda Modernidad temprana», es decir, el período que comprende a la Europa (y al nuevo mundo) del siglo y medio entre 1630-1789. Sin embargo, esta propuesta  representaría, como propone e iniciaría una deconstrucción (ver Derrida) del paradigma político precedente: el «contractualismo político». Rousseau cuestiona, en parte, el sentido otorgado hasta el momento a varias de las nociones propias del discurso, como el Estado de naturaleza, el contrato, la soberanía, etc., invirtiendo en buena medida el sentido del esquema o paradigma de la filosofía política que reconocemos en Maquiavelo, Hobbes y Locke.

El «contrato social» para Rousseau representa la formación de la sociedad mediante la creación de la voluntad general. Pudiéramos proponer el contrato social, a semejanza del convenio de Hobbes y el pacto de Locke, como uno que posibilita nuestra salida del original Estado de naturaleza, o también, ¡como un contrato que debemos realizar al encontrarnos en una sociedad corrompida por la civilización! En todo caso, la voluntad general, el concepto clave de toda la obra, en su diferencia de la voluntad individual, propone otra posible lectura del concepto de soberanía, ya no la soberanía como la rey sobre su reino, sino como otro nombre par el poder de la comunidad, como un todo solidario y de una única voluntad.


Texto principal:

  • Rousseau, El Contrato Social, libro I, pp. 33-84.

Otras lecturas de interés:

  • Borón (Ciriza), «A propósito de Jean Jacques Rousseau. Contrato, educación y subjetividad», 3, pp. 77 - 109
  • Dussel, «La revolución burguesa continental en Francia. Una deconstrucción moderna de la Modernidad: Jean-Jacques Rousseau», pp. 345-356.
  • Gaos, «Los estados y sus leyes: Montesquieu y Rousseau», capítulo 18, 276 - 292.


Semanas 30-31, John Locke, «El Segundo tratado sobre el gobierno civil»

Con la lectura de Locke nos acercamos a lo que Dussel, junto a otros filósofos latinoamericanos, ha caracterizado como «La segunda Modernidad temprana», es decir, el período que comprende a la Europa (y al nuevo mundo) del siglo y medio entre 1630-1789.


Locke es uno de los filósofos en cuyo escritos registramos los inicios del liberalismo. El desarrollo de su teoría política en torno a la libertad, la propiedad, y el principio de soberanía se puede entender, por una parte como una respuesta a Hobbes, aunque quizás sea preciso reconocer que Locke también debate con sus contemporáneos. En todo caso, Hobbes, como sabemos, había realizado la transformación del oficio y el poderío del rey en el concepto abstracto de soberanía, para luego transferir la soberanía, como poder absoluto, al monarca y, en este sentido, defender o justificar el despotismo político. Locke no sólo insiste en la necesidad de pensar la soberanía como vinculada a la representación y, por lo tanto, como diferente a la entrega o renuncia del derecho y el poder original del individuo propietario. Y será, en efecto, en el problema de la propiedad en el que se anuda la reflexión «liberal» de Locke, y su comprensión del Estado político como representante de la sociedad civil.


Como latinoamericanos (y sujetos post-coloniales) también debiera interesarnos y preocuparnos su defensa o, por lo menos, la ambigua posición que presenta en torno a la institución de la esclavitud en El segundo tratado...
 
Texto principal:

  • John Locke, Segundo tratado sobre el gobierno civil, capítulos: I - V, VII.

Textos adicionales:

  • Borón (Várnagy), «El pensamiento político de John Locke y el surgimiento del liberalismo», 2, pp. 41 - 76
  • Dussel, «La esclavitud en la intepretación burguesa liberal: John Locke», pp. 236-241.
  • Gaos, «El Estado liberal: Locke y Voltaire», 17, pp. 262 - 275
  • Sabine, «Halifax y Locke», 27, pp. 398 - 415